Declaraciones del presidente de OCETA, empresa que organiza la Itzulia después de una edición que ha tenido graves caídas de corredores de primer nivel internacional.
Julián Eraso lo ha pasado mal esta semana. Especialmente el jueves pasado cuando Vingegaard, Remco Evenepoel y Roglic se fueron al suelo bajando de Olaeta al puerto de Cruceta. También el viernes cuando se cayó Mikel Landa en Mañaria, el pueblo de los Gorospe. Pero no son los únicos que besaron el asfalto: Quinn, Vine y otros corredores pasaron por ese incómodo trance. El Diario AS ha hablado con él días después de la finalización de la carrera.
-¿Qué sabor de boca le ha dejado esta edición de 2024 con tantos altercados?
-Hemos tenido momentos complicadísimos para superar. Muchos disgustos y decepciones porque no es normal lo que nos ha pasado. Que tengas aquí a los mejores ciclistas del mundo y que se te caigan los más importantes el mismo día es una situación muy difícil de solventar. Afortunadamente reaccionamos bien y nos han felicitado desde la UCI por la forma en que hemos resuelto las cosas.
-Decidieron terminar la etapa para llevar a los ciclistas a Legutio. ¿Le parece la decisión más adecuada?
-Sí, por respeto a los aficionados y a un pueblo que apostó por tener la meta allí. Podríamos haber neutralizado la carrera en Eskoriatza pero tomamos la decisión de que se jugaran la etapa los que estaban escapados. Luego, por detrás, y sin disputarse nada, el resto de corredores. Además, en la línea de meta, se respetaron los tiempos que había antes de partir desde Etxarri-Aranatz.
-Por si eso fuera poco, el viernes se cayó Mikel Landa antes de subir Urkiola.
-Yo pensaba que eso era ya el acabose. Por lo menos, la última etapa fue estupenda, como una gran Clásica, entre Eibar y Eibar. Siete puertos en 137 kms. con una gran emoción en todo momento. Además, en esta Itzulia ha llegado el protagonismo de los jóvenes, del paso del testigo a las nuevas generaciones de corredores españoles, con victorias de Carlos Rodríguez en la última etapa y de Juan Ayuso en la clasificación general.
-¿Qué opina de las críticas que hablan de una carretera muy botona en Olaeta porque había raíces que deformaban el asfalto?
-Esa no es la causa principal de las caídas, es la velocidad. Pasan por carreteras peores, por obstáculos en todas ciudades como las rotondas o los badenes. Hay bajadas en las que van más rápido que los coches. No puedes pedir a los ciclistas que vayan más despacio, que corran menos. Su trabajo consiste en ir lo más rápido posible. El que tengan que luchar por los puntos durante toda la temporada sí que es una trampa. Les genera intranquilidad y les lleva a correr riesgos innecesarios en un momento dado. También los pinganillos y otro tipo de inventos.
-¿Y qué piensa del trazado de la Itzulia en general?
-Pues mira, este año la habíamos hecho más light y resulta que ha sido cuando más se han caído y con resultados más graves. El año pasado nos criticaban por meter muchas bajadas, tenemos fama de montar etapas complicadas y con emboscadas. Llega esta edición, haces un recorrido más asequible y te encuentras con que 150 ciclistas se juegan las etapas en los últimos kilómetros por lugares en los que no caben todos.